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La calidad de las instituciones de gobierno y el control de la corrupción son determinantes para el desarrollo económico y social de los países, tanto más cuanto más avanzadas son sus economías. La corrupción y la baja calidad institucional desincentivan el emprendimiento, la innovación y el esfuerzo porque disminuyen la rentabilidad de los proyectos empresariales, incrementan su incertidumbre y desvían recursos humanos y financieros hacia la búsqueda de rentas y privilegios en lugar de dedicarlos a actividades productivas. La transparencia de los gobiernos, la rendición de cuentas de los organismos públicos, la independencia y agilidad de la justicia o la calidad regulatoria, entre muchos otros elementos que componen la calidad institucional. No son artículos de lujo para el consumo de unas élites sino factores necesarios para mejorar el bienestar a largo plazo del conjunto de los ciudadanos.

En la primera sesión de estas jornadas se presentarán las conclusio-nes de un informe sobre los costes económicos del déficit institu-cional y la corrupción en España, que ha sido elaborado gracias al apoyo del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y la Fundación BBVA, y, a continuación, se organizará una mesa redonda que girará en torno a los aspectos económicos y ecológicos de la baja calidad de gobierno y la corrupción. En la jornada siguiente se desarrollarán dos mesas redondas dedicadas, en primer lugar, a los aspectos jurídicos y judiciales de la lucha contra la corrupción, para terminar con un segundo debate centrado en el papel de los alerta-dores, la sociedad civil y las agencias especializadas en la lucha contra la corrupción