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El Concierto Económico, acordado en 1878 con carácter transitorio, fue inicialmente denigrado por amplios sectores de la opinión pública y política vasca. No obstante, durante las primeras décadas del siglo XX, y al abrigo de las distintas renovaciones que se sucedieron, el Concierto Económico pasó de considerarse una “migaja” o “fuerito” a ser defendido por la mayor parte del arco político vasco, como vestigio del autogobierno foral. Para finales de la década de 1920, el apoyo al Concierto Económico y su consiguiente autonomía económico-administrativa representaba un consenso transversal en el panorama político del País Vasco, tanto en el eje nacionalista vasco/españolista, como en el de izquierda/derecha.

Tras la Ley de 1981 el sistema fiscal foral fue restituido para la totalidad del País Vasco. A lo largo de las últimas décadas el Concierto Económico se ha consolidado como un acuerdo transversal en el ámbito político del País Vasco, que trasciende lo meramente material y representa de alguna manera un reducto de la antigua foralidad.

Los estudios demoscópicos realizados en los últimos años entre la ciudadanía vasca han venido a demostrar un evidente respaldo a la vigencia del Concierto Económico, independientemente del posicionamiento ideológico individual. Los principales partidos del País Vasco también han manifestado un claro posicionamiento a favor del sistema fiscal foral, a pesar de las diferencias que pudieran existir respecto a su implementación. Además, el apoyo es muy superior al que recaban otras normas estructurales que regulan el sistema político e institucional del País Vasco, como la Constitución Española, el Estatuto de Gernika y la Ley de Territorios Históricos.

En ese sentido, el objetivo de la XIII Jornada Ituna será reflexionar acerca de cómo se construyó ese acuerdo transversal en el País Vasco, y sobre qué elementos se legitima. En resumen, buscaremos responder a la siguiente pregunta: ¿Es el Concierto Económico una singularidad en el sistema político vasco?