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Actualmente, las series de ficción, los programas de entretenimiento y las películas demandan un modelo de explotación 360º, por el cual el producto principal sea solamente uno de sus soportes.
Cómics, webisodios, videojuegos, juegos de cartas, episodios vía redes sociales… Las opciones para fidelizar a los espectadores son tantas y tan variadas como nuestra propia imaginación.
Estos diferentes puntos de entrada en la historia constituyen un universo, una narración en la cual cada una de las piezas tiene sentido por sí misma pero que, consumida en conjunto con el resto, aumenta exponencialmente la experiencia como espectador.
En las narraciones Transmedia el relato está construido en múltiples ventanas, las cuales aumentan la fidelización del público en el eje principal. Así, los espectadores dejan de serlo para pasar a ser fans con un gran componente de co-creación, ya que pueden consumir su serie, programa o contenido preferido en diferentes soportes y no necesitan esperar a su emisión tradicional.
Por otro lado, la "Televisión Social" (o Social TV), hace que se rompa con el hasta ahora consumo pasivo de televisión para que éste se vuelva activo. Participando de auténticas y enriquecedoras conversaciones en torno a lo que se está viendo. Los televidentes son más importantes que nunca porque su opinión es reflejada al instante y todos pueden verla desde cualquier rincón del mundo. Existiendo una mejor conexión con el contenido, una analítica más fiable. Favorecidas por el poder de las redes sociales.
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